Me han ofrecido todo aquello que una
persona puede soñar desde su niñez, me han querido llevar a una vida de lujo y
riqueza donde cualquiera estuviera rendido a mis deseos o caprichos y me han intentado convencer de que poseía todas
las cualidades veneradas en el ser humano.
Por suerte para mí, jamás les he
escuchado, ni me he dejado llevar por sus fingidos cantos de sirena, y gracias
a ello vivo feliz y tranquilo, acompañado de todos aquellos a los que quisieron
que abandonara, sin grandes posesiones, pero durmiendo de forma plácida y
sosegada.
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