Me ha tocado jugar a la vida con el traje del eterno perdedor.
Me han arrastrado la cara por una sucia alfombra de clavos y espinas.
Me han enviado a mi casa cien libros escritos con sangre que
derramé.
Me han encerrado en mis miedos para que nunca escapara de la
soledad.
Y han dejado pasar los años sin que nada cambiara, me
señalaron al nacer… y muero sin rencor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario