viernes, 6 de marzo de 2015

El banco

Una noche más me encuentro sentado en el banco del parque donde nos conocimos y prometimos estar siempre juntos.

El mismo sitio desde el que observábamos bellos atardeceres que inundaban de sueños y esperanza nuestro futuro.

Con el frío de la noche, la gente va pasando a mi lado y me observa con piedad, pero yo los voy ignorando con el recuerdo cálido de tus besos.

Hace años que te marchaste lanzándome amargas palabras de despedida, pero a pesar del tiempo que pase, yo, seguiré aquí sentado, aguardando tu regreso.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El reencuentro

Volvemos a encontrarnos al final de nuestras vidas y aun así somos incapaces de perdonar ese error infantil que nos marcó para siempre.

No cruzamos ninguna mirada y nos mostramos incapaces de pronunciar alguna palabra de perdón o arrepentimiento.

Y mientras mantenemos esta falsa pose de aplomo y orgullo, en nuestro interior van surgiendo vanos deseos de volver atrás y corregir aquellos actos sin sentido.

Pero ninguno lo logrará, y seguiremos avanzando por los caminos estériles que nos alejaron de todo lo amado y que nunca nos permitirán reconciliarnos con nosotros mismos. 

lunes, 16 de febrero de 2015

Interrogantes

Me pregunto…

¿De qué sirve la añoranza de lo que jamás tuve y sentir lástima por gente a la que no conocí?

¿Para qué buscar recuerdos en las cosas que no hice y fustigar la memoria con historias no vividas?

¿Por qué pretendo olvidar una época a la que no pertenecí y sentir nostalgia de un nombre que nunca me pusieron?

Y me respondo… De nada, para nada y por nada.

martes, 10 de febrero de 2015

Incertidumbres

El camino que ahora tomo me llevará hasta un lugar totalmente desconocido para el ser humano.

Es un viaje sin retorno, pero que emprendo con la esperanza de encontrar mi elíseo particular, un lugar donde descansar al fin.

No existe ningún mapa ni escrito sobre su ubicación, y ni siquiera existe la certeza de que nadie lo haya encontrado jamás.

Mientras avanzo, oigo una dulce melodía, que me atrae de forma hipnótica, y al tiempo voy dejando atrás, a ambos lados de la senda, los restos de antiguos peregrinos que nunca llegaron a su destino.

Sus cuerpos, momificados, aún mantienen, en lo que queda de sus rostros, un rictus de felicidad y esperanza.

Observar todo esto no me desanima, en absoluto, me motiva aún más para alcanzar mi propósito, pues tengo el convencimiento de que los semejantes que me precedieron, fieles escoltas en mi éxodo, no se detuvieron nunca, ni se volvieron atrás, pues eran conscientes de que, mientras se encontraran cadáveres en la cuneta, siempre existiría alguien que habría llegado más lejos que ellos mismos.

Yo, lleno de incertidumbres, no sé si mi lugar de descanso final estará en algún recodo de este camino, o si finalmente alcanzaré a llegar hasta nuestro empíreo, pero si estoy convencido de que, repose donde repose, siempre formaré una pequeña parte  de este viaje colectivo hacia el edén.

martes, 3 de febrero de 2015

Negación

No quiero abrir los ojos,

...por temor a perder el sabor dulce de tu sexo.

No quiero despertar,

… a una realidad en la que te tienes que marchar.

No quiero olvidar,     

… el nombre que has inventado para mí.


No quiero vivir.

sábado, 24 de enero de 2015

Mi próximo paso

Hoy ha salido el sol, por fin, tras varios años de cielos oscuros y opaca niebla.

He podido ver la cara de los seres que conviven conmigo en este pueblo desahuciado.

Es gente  de semblante abúlico que va deambulando por sus calles con paso errático, personas con la que nunca he cruzado una palabra y de las que desconozco la crónica de su vida.

A pesar de ello, las desprecio profundamente, con toda la soberbia que desprende un espíritu sanguinario y vengativo que pronto actuará.

lunes, 19 de enero de 2015

La travesía de la nada

Lleva siglos caminando sin rumbo fijo, soportando sobre su espalda la culpa de todo aquello que nunca realizó.

Puede ver cómo se van apartando las fieras a su paso, el sabor agrio que adquiere el agua de los ríos que atraviesa y la mirada de desprecio de cualquier ser que comparta su estirpe.

No ha podido arrancarse la pesada cadena que primitivos dioses ciñeron a su cuello, ni borrar de su piel, las huellas de antiguas torturas.

Ha perdido toda esperanza de redimir su pasado, y las lágrimas de sangre que brotan de sus ojos, van yermando la tierra sobre la que caen.

En este tiempo ha aprendido, con total seguridad, que el suplicio interno por todo lo vivido jamás desparecerá, y que el único destino que alcanzará para descansar será el orco.