domingo, 8 de mayo de 2016

Mompracem

Al conocernos me prometiste que viviríamos la gran historia de amor, que disfrutaríamos por siempre de la luna de miel en Mompracem.

Al estar juntos me jurabas que el mundo bailaría a nuestro compás, que tocaríamos eternamente la melodía dulce de la pasión.

En la mañana en que al acercarnos a la alameda, por fin me diste la mano, fui feliz, porque creía en todas tus promesas.

Y en ese paseo, mil veces soñado por mí, al rumor del arroyo frío, me diste aquel inolvidable beso de despedida.

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