lunes, 23 de octubre de 2017

El balcón del mar

Vuelve a pedirme que le empuje, pero salgo corriendo antes de que termine de hablar. Me conozco demasiado bien el jueguecito de recuperar la mochila y quienes serán los que disfrutarán con él.

Tampoco me iré a casa para escuchar de nuevo que exagero, que son pequeñas bromas y que pronto acabará.


Esta vez no.


Hoy, llegaré hasta el balcón del mar, a escuchar las olas y respirar la sal, a beberme el viento y gritarle al sol.


Hoy, es el día en el que voy a aprender a volar, o al menos a descansar.

viernes, 7 de abril de 2017

En esta nueva ciudad

Y la verdad, no me siento tan extraño en esta nueva ciudad.

Caminando entre los escombros y avionetas de metal, respirando un humo negro o pisando la mezcla de barro, sangre y orín que hay bajo mis pies.

Dibujando en las paredes viejos planes de fuga, frases vulgares que no me dejaron gritar o escuchando los quejidos y lamentos de una decrépita caterva.

Observando con mirada transparente este cielo ocre que anticipa la lluvia ácida que nos permitirá beber.

Sonriendo, sin familia ni amigos con los que disimular, ni jefes ni falsos dioses ante los que capitular.

Arrojando a cada paso las absurdas cargas con las que cubrieron mis hombros.
Y durmiendo, a descubierto y en paz, con los dulces sonidos en mi interior de un alma cansada y abatida.

En verdad lo siento así, por fin me encuentro feliz en esta nueva ciudad.