miércoles, 15 de junio de 2016

El tiempo

Aquel día de verano de 1945 no soplaba la más mínima brisa y el sol quemaba los viejos tablones de la estación.

Los gatos escondían sus escuálidos cuerpos entre chatarra y basura escapando de un calor abrasador, y las chicharras, acompasaban sus cantos al ritmo del “chuf, chuf” de la locomotora.

La gente, sudorosa, se despedía con rapidez, y yo, entre lágrimas, grité “te quiero” cuando arrancó el tren.

Hoy, en este día de otoño de 1995, con temporal de viento y lluvia, regreso a la estación, y entre acero, vidrio y hormigón, en soledad, aguardo tu llegada para disfrutar de ti, por segunda vez.