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jueves, 30 de abril de 2015

Los perros

Nos han abandonado en este desierto de asfalto y mugre para apartar de sus vidas a cualquier ser que les pueda recordar su origen humano.

Somos centenares de personas de distinta edad que a partir de ahora caminaran en busca de refugio y comida con la incertidumbre de si lo encontraremos y la certeza de que no será suficiente para todos.

Se puede ver ya a pequeños grupos que se han unido y que empiezan a calcular quienes serán los primeros prescindibles y de qué manera se repartirán sus escasas pertenencias.

No es algo que a mí me preocupe demasiado, pues no he traído más que unos viejos harapos que medio cubren mi desnudez.


Además, soy consciente de que mi final llegará esta noche, cuando me vaya quedando atrás, sin fuerzas para seguir arrastrando las piernas que me destrozaron, y sea devorado por los hambrientos perros que nos acompañan.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Recorrido vital


Me he despertado hoy con la necesidad de hacer balance de un recorrido vital que llega a su fin, de reflexionar sobre lo que he llegado a representar en mi mundo cercano.

Así, mi condición de bastardo no ha sido de gran ayuda para progresar desde el estercolero donde me arrojaron al nacer en esta sociedad decrépita.  La fealdad de mi rostro hizo que caminar por las calles se convirtiera en un constante desfile de rostros vueltos y de muecas de desagrado.  El estupor y las mofas ante mis actos que mostraban mis congéneres, me hacían reacio a participar en las actividades y encuentros que se produjeran en mi colectividad.  Los continuos improperios que recibían mis oídos ulcerosos me alejaban de todo sonido proveniente de todo ser humano.  Las persistentes palizas recibidas por mi desnutrido cuerpo, hacía que intentar dar cualquier paso se convirtiera en una incesante explosión de dolor y sufrimiento.

Pero también es cierto que el exilio vital al que me he visto forzado, me ha llevado a disfrutar de estas tierras pantanosas e insalubres, rodeado de fieras extrañas y reptiles hambrientos, que me valoran y a los que intereso a pesar de mi forma de ser, porque sé que cuando me acechan, me desean, y que no descansarán hasta que me consigan apresar.