martes, 14 de octubre de 2014

La despedida

Recluida en el pozo seco, pronto se callará, y con la llegada de la noche se dormirá para siempre.

Hasta que llegue ese momento, y a pesar del frío otoñal, permaneceré junto al brocal despidiéndome de ella, para después, marcharme a casa.

Allí, al calor de la chimenea, me esperará mi querida madre, con la cena preparada, a la que nunca podré perdonar que arrojara en ese hoyo, a mi, según ella, “sucia y vieja muñeca

No hay comentarios:

Publicar un comentario