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jueves, 4 de septiembre de 2014

Mi decisión

Desde mi escondrijo puedo oír la melodía de la antigua canción de traición y muerte que van cantando los soldados que me persiguen desde hace días.

Ya he renunciado a toda esperanza de escape, aunque sólo pretendía alargar la cacería hasta ver por última vez el trozo de tierra inhóspita donde nací.

Sé que mi propósito es imposible, y que cuando abandone mi cobijo, seré abatido por alguna de las armas que portan mis perseguidores.

Pero, ya hace tiempo que decidí vivir sin miedo, que sólo haría aquello que quisiera hacer y que nadie me dictaría ninguna orden ni decidiría por mí.

Por ello, voy a partir hacia la fatalidad, porque, aunque todo acabe, el final se va a producir, sólo, porque yo he decidido rebelarme.

jueves, 12 de junio de 2014

La cacería

Después de una calma interminable, por fin, ha comenzado la cacería. Miles de seres humanos corriendo por extensas selvas de polvo y asfalto queriendo evadir una muerte segura que les acecha. No podrá quedar nadie con un hálito de vida. Siempre ha sido una cuestión de vencedores y vencidos, de vanas esperanzas de vidas soñadas y de la realidad infame sobre sueños no vividos. Quizás alguien anhela un pronto desenlace sobre la melodía de nuestros propios estertores, pero yo sólo alcanzo a soñar una certeza, saber si soy el cazador o la presa.