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lunes, 11 de julio de 2016

La familia

Paseando a tu lado me doy cuenta del tiempo que perdí buscando respuestas a las preguntas que rondaban mi cabeza.

Leí centenares de libros sagrados que ofrecían soluciones mágicas a partir de ofrendas vanas, inútiles sacrificios y devociones malencaradas.

Adopté múltiples personalidades, siempre apropiadas a lo que me exigían cretinos de cuello blanco desde inmensas oficinas alejadas del mundo real.

Estudié los grandes tratados de mentes inquietas, volúmenes repletos de fórmulas y cifras y de memorias a medio escribir por reconocidos iluminados.

Pero es ahora que mi felicidad es plena, viviendo en esta nueva tierra, inhóspita y árida, bajo un cielo plomizo y un aire de aromas sulfurosos; y rodeado por personas olvidadas, unas, que fueron expulsadas de su hogar sin motivos esclarecidos, otras, autoras de crímenes imperdonables según las normas impuestas por unos pocos imbéciles, y los más, seres anónimos que como yo, ya han encontrado en este lugar a su única y verdadera familia.

miércoles, 29 de octubre de 2014

El ganador

...pretendía que fuese amable y cariñoso...
La vida me ha ido mandando ordenes que no he querido acatar.

Me indicaba que la responsabilidad sobre mis actos debía llevarme a abandonar aquel pequeño trozo de tierra que había arrebatado a su anterior propietario con el golpe certero de mi maza.

Me pedía que liberara de sus cadenas a los indígenas que tenía trabajando en mis campos hasta la extenuación y que no los tratara de esa forma tan despótica.

Ha llegado a tal extremo, la vida, que incluso pretendía que fuese amable y cariñoso con las personas que formaban parte de mi familia, a las que no debía gritarles ni comportarme con ellas de forma tan violenta.

He ido escuchando a lo largo de los años su intensa amenaza de que al final pagaría con creces mi vil comportamiento, pero, la verdad, es que hoy, tumbado sobre un lecho del que no me levantaré más, mientras espero la llegada de la parca, hago memoria de esa vida, a la que no obedecí jamás, y tengo la certeza de que, en nuestra disputa, yo he sido el ganador.