sábado, 21 de junio de 2014

Vista atrás

He llegado a alcanzar la longevidad necesaria para tener un exiguo porvenir, y por fin puedo detenerme a observar la senda de una existencia malgastada en la búsqueda sin resultado de lo que un día escribieron para mí. Pasé largos años de inmundicia acompañando a exóticos desconocidos que obedecían los dictados enigmáticos de seres espectrales a los que nunca conocimos. Sólo pude disfrutar de algún momento de placidez en los pequeños instantes en los que hurgaba entre toneladas de desperdicios y chatarra buscando algo de la zorrería humana arrojada por una sociedad decrépita y en permanente podredumbre. Sé que aún podría vivir miles de años más, pero ya estoy atiborrado de inmoralidad y depravación, así que he decidido atravesar el páramo frío y desamparado, y aguardar a que todo en mi interior se apague.


jueves, 19 de junio de 2014

Liberación

La luz del vagón parpadea de forma intermitente sobre nuestras cabezas, y mientras, va dejando ver los rostros exhaustos de extintos seres que abandonan una guerra que no les pertenecía. Su presencia fue decidida por iluminados de bolsillo que buscaban satisfacer egos despreciables mediante unas cábalas imposibles de soportar. El dolor, el sufrimiento y la pesadilla de observar a diario a cientos de personas arrodilladas, junto a los despojos corrompidos de semejantes a los que una vez amaron, nos hicieron inmunes al temor de las probables consecuencias de nuestros actos. Por eso hemos decidido subirnos al único tren orbicular que hemos encontrado. Sabemos que nunca llegaremos a ningún sitio, que el recorrido será eterno e interminable, y que el final será indeterminado, pero por fin sentimos algo parecido al sosiego.

martes, 17 de junio de 2014

La cueva

Ha comenzado a llover sangre, pero la densa nube de contaminación sigue tan compacta como antes. La mujer de pelo bruno se ha marchado caminando hacia el interior de la cueva en busca de algún dios olvidado. Me ha mirado de reojo mientras iba despojándose de sus ropas y me ha lanzado una mueca lastimera antes de ponerse a reír a carcajadas . El sombrío perro que la acompañaba dejó de ladrar justo antes de saltar por el precipicio, y yo, que sigo arrastrando la enorme piedra tallada por las manos temblorosas de un viejo moribundo, al menos, he dejado de sentirme solo.


lunes, 16 de junio de 2014

El albergue

No recuerdo cómo ni cuándo llegué a este destartalado albergue habitado por engendros y despojos de la humanidad. Voy recorriendo sus angostos pasillos, serpenteando entre seres de toda ralea y objetos inanes y moribundos. Paso al lado de la princesa del cuento y observo la jeringuilla de su brazo mientras que una vieja desdentada le ofrece sexo con fingida ternura. A sus pies se arrastra un perro ciego con la boca cosida con alambre. Me cruzo con un hombre sin rostro que intenta tocar una guitarra desencordada para escapar de su amargura. Llego a una habitación repleta de ruedas en movimiento, bajo un mar de bombillas reventadas y anzuelos de los que cuelgan corazones secos y abandonados. Veo mi rostro mancillado en el reflejo de espejos rotos, con ojos si vida y piel cuarteada. Busco un espacio donde holgar mi cuerpo inútil porque, aunque nunca sepa el lugar en el que me encuentro, tengo la certeza de que al fin he encontrado mi sitio.

viernes, 13 de junio de 2014

El apeadero

Después de pasar largos años vagando por los caminos, por fin he llegado a este apeadero. Me he sentado en la destartalada silla situada junto a tres extraños, apátridas como yo, que llevan esperando un tren de manera perpetua, el transporte prometido hacia una enajenación definitiva de sus demonios y horrores. No me han mirado ni han pronunciado una palabra, pero las cicatrices de sus rostros, las runas marcadas a fuego de sus manos y la vía muerta de raíles torcidos me hacen ver que ha llegado el momento de aguardar, a algo, a alguien...

jueves, 12 de junio de 2014

La cacería

Después de una calma interminable, por fin, ha comenzado la cacería. Miles de seres humanos corriendo por extensas selvas de polvo y asfalto queriendo evadir una muerte segura que les acecha. No podrá quedar nadie con un hálito de vida. Siempre ha sido una cuestión de vencedores y vencidos, de vanas esperanzas de vidas soñadas y de la realidad infame sobre sueños no vividos. Quizás alguien anhela un pronto desenlace sobre la melodía de nuestros propios estertores, pero yo sólo alcanzo a soñar una certeza, saber si soy el cazador o la presa.

martes, 10 de junio de 2014

El camino

Todo el grupo va deambulando por este paisaje estepario, sabiendo que vamos dejando atrás los despojos de una nación podrida que se ha ido desintegrando sobre sus propias heces. Sólo quedamos la escoria sobreviviente de una batalla inmunda, de una decadencia programada por nuestros propios demonios, conscientes de una próxima expiración. Nadie habla, solo se van oyendo los sollozos lastimeros de los subyugados, las quejas silenciosas de los indolentes y los pasos arrastrados sobre la tierra yerma. No sabemos cuál es nuestro destino ni el rumbo que debemos tomar. Ni siquiera sabemos si acaso alguien llegará.