lunes, 9 de junio de 2014

El despertar

Es insólito lo que ha ocurrido, me he despertado por el estruendo que se ha producido en el exterior, pero al abrir la ventana sólo puedo ver desiertas avenidas de asfalto reblandecido, grandes edificios de acero y piedra resquebrajados, con los cristales reventados, aves de mal agüero posadas sobre cadáveres putrefactos, árboles carbonizados y alcantarillas que estallan esparciendo sus lodos nauseabundos. También alcanzo a otear una sombra extraña que se va acercando, que reclama un pago por la maldad y vileza de nuestro comportamiento y que me fuerza a saltar desde esta oquedad hasta su infinita negrura.

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