jueves, 5 de junio de 2014

Infinitud

¿Quién soy? ¿Por qué siento esta angustia interior? ¿Qué habré hecho para merecer la gruesa cadena que ciñe mi cuello? Un nuevo día en que despierto en este angosto agujero, oyendo un fragor de rocas golpeadas por duros metales. No puedo gritar ni pedir  amparo, no tengo fuerza ya para pedir piedad a un carcelero desconocido y ausente. Sólo puedo seguir aguardando mi suerte, releyendo una y otra vez la palabra esculpida en la pared: eternidad.

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