lunes, 23 de junio de 2014

El deber

Ya sé que nunca te expresaste con la claridad necesaria para que te pudiera entender. Sé que no buscabas en mí a la persona que pudiera calmar tus ansías y angustias, y que sólo deseabas encontrar a alguien que te diese las respuestas adecuadas a las preguntas que rondaban por tu cabeza. Ya te has cansado de esperar la solución definitiva al enigma que nos plantearon en el momento justo de nacer y que por ello me has llamado para que te acompañe en tu salto definitivo a este abismo de verdades simuladas. Pero debes saber que mi labor al frente del grupo no ha terminado, que tengo la exigencia de llevar a los demás hacia la tierra prometida y ofrecerles una alternativa etérea a esta realidad imaginaria de dolor y sufrimiento, y que una vez allí, con el deber cumplido, habré de abandonaros para entregar a nuestros dueños la escasa dignidad que conserve. Quizás te vea allí... o no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario