martes, 23 de diciembre de 2014

El bar

Este se va a enterar de lo que vale un peine” o algo parecido fue lo que iba farfullando el camarero, en un inglés americano, mientras salía de detrás de la barra y se dirigía a la puerta del bar.

Al momento, lo vi regresar, acompañado de dos adustos hombres que iban embutidos en ropajes de cuero.

Cuando llegaron a mi lado, sin decir nada, me levantaron de la silla, y me han traído en volandas al almacén.

Ahora me miran sonriendo, y yo no sé cómo decirles que quien le tocó el culo al camarero fue el chico de la mesa de al lado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario