viernes, 13 de junio de 2014

El apeadero

Después de pasar largos años vagando por los caminos, por fin he llegado a este apeadero. Me he sentado en la destartalada silla situada junto a tres extraños, apátridas como yo, que llevan esperando un tren de manera perpetua, el transporte prometido hacia una enajenación definitiva de sus demonios y horrores. No me han mirado ni han pronunciado una palabra, pero las cicatrices de sus rostros, las runas marcadas a fuego de sus manos y la vía muerta de raíles torcidos me hacen ver que ha llegado el momento de aguardar, a algo, a alguien...

jueves, 12 de junio de 2014

La cacería

Después de una calma interminable, por fin, ha comenzado la cacería. Miles de seres humanos corriendo por extensas selvas de polvo y asfalto queriendo evadir una muerte segura que les acecha. No podrá quedar nadie con un hálito de vida. Siempre ha sido una cuestión de vencedores y vencidos, de vanas esperanzas de vidas soñadas y de la realidad infame sobre sueños no vividos. Quizás alguien anhela un pronto desenlace sobre la melodía de nuestros propios estertores, pero yo sólo alcanzo a soñar una certeza, saber si soy el cazador o la presa.

martes, 10 de junio de 2014

El camino

Todo el grupo va deambulando por este paisaje estepario, sabiendo que vamos dejando atrás los despojos de una nación podrida que se ha ido desintegrando sobre sus propias heces. Sólo quedamos la escoria sobreviviente de una batalla inmunda, de una decadencia programada por nuestros propios demonios, conscientes de una próxima expiración. Nadie habla, solo se van oyendo los sollozos lastimeros de los subyugados, las quejas silenciosas de los indolentes y los pasos arrastrados sobre la tierra yerma. No sabemos cuál es nuestro destino ni el rumbo que debemos tomar. Ni siquiera sabemos si acaso alguien llegará.

lunes, 9 de junio de 2014

El despertar

Es insólito lo que ha ocurrido, me he despertado por el estruendo que se ha producido en el exterior, pero al abrir la ventana sólo puedo ver desiertas avenidas de asfalto reblandecido, grandes edificios de acero y piedra resquebrajados, con los cristales reventados, aves de mal agüero posadas sobre cadáveres putrefactos, árboles carbonizados y alcantarillas que estallan esparciendo sus lodos nauseabundos. También alcanzo a otear una sombra extraña que se va acercando, que reclama un pago por la maldad y vileza de nuestro comportamiento y que me fuerza a saltar desde esta oquedad hasta su infinita negrura.

viernes, 6 de junio de 2014

Un final

Que singular es el sentimiento que he experimentado al cortar la piel hasta el hueso. Al brotar la sangre, púrpura, densa y con ese olor dulzón y argentado, he recordado la larga lista de experiencias vividas, la soberbia mundana que he conocido y a la única persona que mostró cierto afecto al pasar a mi lado. Estoy viviendo por fin un momento plácido, sereno y reposado. Se que pronto acabará, que esta quietud exquisita me abandonará como todos lo han hecho, del mismo modo que ahora se va escapando mi existencia por esta abertura sangrante.

jueves, 5 de junio de 2014

Infinitud

¿Quién soy? ¿Por qué siento esta angustia interior? ¿Qué habré hecho para merecer la gruesa cadena que ciñe mi cuello? Un nuevo día en que despierto en este angosto agujero, oyendo un fragor de rocas golpeadas por duros metales. No puedo gritar ni pedir  amparo, no tengo fuerza ya para pedir piedad a un carcelero desconocido y ausente. Sólo puedo seguir aguardando mi suerte, releyendo una y otra vez la palabra esculpida en la pared: eternidad.

domingo, 1 de junio de 2014

La urbe

Un grito, un aullido o cualquier llamada a la compasión no tendría sentido ya. Hemos llegado demasiado lejos y sé que todos vosotros ya lo habréis olvidado, pero el dolor y la tristeza siguen sacudiendo lo más profundo de mi alma. Me paseo entre una multitud de parásitos en una urbe inanimada y decadente. Todos sufrirán la involución y verán marchitar sus abyectas vidas. Yo no esperaré, sin pesar ni remordimiento pagaré mi penitencia.