domingo, 10 de abril de 2016

El dulce despertar

     Esta madrugada he vuelto a despertar en una cama extraña y mi mente intenta recordar, sin resultado, el camino que debí recorrí hasta llegar aquí.

     Las sábanas desprenden un olor agrio, mezcla de ginebra y sexo apresurado, y junto a la cama, sobre una silla destartalada, se encuentra una vela medio consumida y los restos del polvo quemado en una vieja cuchara de metal.

     Sobre el suelo de azulejos fragmentados, te veo, durmiendo, sin ni siquiera arrancar de tu brazo la goma con la que buscabas alguna vena que no hubieras quemado en estos años.

     Me arrojo de la cama, con la vana esperanza de encontrar a tu lado algún resto de la poderosa diosa que domina nuestras vidas, pero apenas que mi cuerpo nota el primer movimiento, vomita desde mi estómago un líquido oscuro que cae sobre tu cuerpo.

     Mi cabeza queda descolgada de la cama, y mientras el sopor del último cuelgue se apodera de mi cerebro, sólo acierto a preguntarme cómo habrá llegado la vela hasta la ventana, y en qué momento empezó a prender la tela manchada que alguien colocó como cortina.

lunes, 7 de marzo de 2016

A obedecer



Hace décadas que nos sentaron unos frente a los otros para que acabáramos con aquello que comenzó tiempo atrás.


Nos dejaron…

…desnudos y en silencio, con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda con alambre de espino.

Nos cambiaron…

…las herramientas que habíamos forjado por cadenas herrumbrosas y las historias que narraron nuestros padres por libretos de instrucciones en papel.

Nos quitaron…

…el libre albedrío y se llevaron nuestras almas para enterrarlas en un lugar desconocido.

Nos advirtieron…

…que no regresarían hasta que todo hubiese acabado.



Y en este tiempo sólo hemos aprendido a obedecer.

martes, 2 de febrero de 2016

La letanía

Subir de nuevo a la habitación y recoger algunas cosas.

Guardar en la mochila aquel estuche nacarado, los trozos de cristal de un viejo retrato, el disco de canciones paganas que nos regaló el confesor, la llave oxidada de una hucha vacía y los lirios secos envueltos en el pañuelo lagrimado.

Volver a la habitación y perdonarte una vez más,

¿para qué?,

mejor te dejo mi corazón disecado y emprendo una nueva historia.

martes, 19 de enero de 2016

La mochila

Después de tantos abriles desechados y apogeo del dolor, detengo por fin, un largo deambular por tierras desoladas, paisajes abrasados y horizontes en decadencia.

En este breve descanso, me atrevo a otear el contenido de la pesada mochila que cargo desde mi infancia y en ella encuentro el eco vacío de palabras y susurros desfallecidos, un viejo mapa de la isla de Lilliput, miles de voces lanzadas en plena oscuridad, coronas de espinas y tronos de sal.

También voy sacando espadas melladas, camiones sin ruedas, peces de oro y una muñeca medio quemada.

Aparece después un libro de salmos con cromos pegados sobre la cara del rey, decenas de cartas de amor sin abrir y un corazón disecado.

Y en el fondo encuentro espacios invertidos con ruido del mar, una llave oxidada, cristales de arcilla y mi gran tesoro: la pastilla de cianuro que me regalaste.

Al reemprender la marcha, la media sonrisa que dibuja mi cara me hace comprender que la mochila está aún a medio llenar.

jueves, 7 de enero de 2016

El adicto

Hoy, mis venas quemadas me han llevado a un oscuro despertar, y con el eco sordo de tu adiós

te aviso…

si quieres borrar mi camino o si vas a olvidar mi dolor,

si quieres creer al testigo o vas a matar al amor,

si olvidas a que huele la guerra y vas a ocultarte del sol,

si cambias la noche más negra y dejas apagado el motor,

si quieres vivir de las sobras o vas a escupir el licor.

te prometo...

que aunque devores mi savia, jamás te abandonaré.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

El mundo perfecto

...de tierra baldía y de piel derramada...
Esta mañana, en el paseo silencioso hacía la fábrica en la que trabajo, he hallado la epifanía del mundo perfecto.

Un lugar de morbosa anarquía, de revolución perenne, repleto de ciudades de plástico, plata y zinc.

Un orbe habitado por miles de seres porcelánicos, psiquiatras de lenocinio y seductores de carreteras secundarías.

Un planeta narcisista y celoso, de tierra baldía y de piel derramada con alma de Caín.

Un hogar donde poder bailar con tu cadáver y vomitar restos de cualquier civilización.

Y mi sueño inmediato es estar en ese mundo perfecto desde ahora mismo, pero antes, debo hacer desparecer este en el que me encuentro.

viernes, 13 de noviembre de 2015

La hora señalada

El reloj marca, por fin, la hora de los mortecinos.

Mis pies, ajados, se han detenido incapaces de dar un paso más en la marcha forzada hacia la exterminación.

Mis ojos, implorantes, se cierran cansados de percibir señales de dolor y angustia que emanan de seres mediocres.

Mis oídos, sangrantes, estallan con la melodía producida por las cadenas que cuelgan de estrellas fracasadas.

Mi garganta, áfona, emite los últimos acordes de la primera lengua que supimos articular.

Y mi alma, exhausta, sólo quiere desaparecer.