lunes, 30 de junio de 2014

La enfermedad

La enfermedad se ha extendido por todo mi cuerpo sin posibilidad alguna de detenerla. Mi lucha contra su ansia devoradora ha quedado reducida a una espera de lo inevitable. 
Sé que el final que me aguarda es todo aquello que desprecio desde mi puericia, que me convertiré en un apestado entre mis congéneres. Ellos no saben nada, desconocen mi afección, pero ya empiezan a mirarme de reojo, de una manera inquisitiva, preguntándose sobre qué será lo que está transformando mi ser. 
No dejaré que descubran la verdad, y por eso, al alborear, cuando despierten, me habré marchado de nuestro hogar sin despedirme y sin ningún deseo de volver. Buscaré aquel refugio, lóbrego y tenebroso, donde pude pasar los exiguos instantes de satisfacción de mi existencia, para aguardar la venida del desenlace de esta plaga atroz. 
Ya no puedo hacer nada más, por desgracia me convertiré en un ser humano.


miércoles, 25 de junio de 2014

Mi sombra

Hace ya una década que mi sombra decidió abandonarme y emprender su propia vida, y hoy, al abrir la vetusta puerta y reencontrarme con ella, llena de luz y colores, frente a la inmensidad de plomizos grises que cubren mi cuerpo, sé que tomó la decisión correcta. Ella se cansó de acompasar su marcha a mi lento deambular, a mis continuos cambios de humor al ver como me adelantaba de manera sonriente y a la desidia que emanaba al luchar contra mi éxodo. Me ha lanzado una mirada compasiva, una lastimera negación ante la realidad de su augurio. Ante ese semblante sereno y estoico, he vuelto a cerrar la puerta, a dar marcha atrás y continuar vagando sin rumbo, en plena soledad y añorando su antigua compañía.

lunes, 23 de junio de 2014

El deber

Ya sé que nunca te expresaste con la claridad necesaria para que te pudiera entender. Sé que no buscabas en mí a la persona que pudiera calmar tus ansías y angustias, y que sólo deseabas encontrar a alguien que te diese las respuestas adecuadas a las preguntas que rondaban por tu cabeza. Ya te has cansado de esperar la solución definitiva al enigma que nos plantearon en el momento justo de nacer y que por ello me has llamado para que te acompañe en tu salto definitivo a este abismo de verdades simuladas. Pero debes saber que mi labor al frente del grupo no ha terminado, que tengo la exigencia de llevar a los demás hacia la tierra prometida y ofrecerles una alternativa etérea a esta realidad imaginaria de dolor y sufrimiento, y que una vez allí, con el deber cumplido, habré de abandonaros para entregar a nuestros dueños la escasa dignidad que conserve. Quizás te vea allí... o no.

sábado, 21 de junio de 2014

Vista atrás

He llegado a alcanzar la longevidad necesaria para tener un exiguo porvenir, y por fin puedo detenerme a observar la senda de una existencia malgastada en la búsqueda sin resultado de lo que un día escribieron para mí. Pasé largos años de inmundicia acompañando a exóticos desconocidos que obedecían los dictados enigmáticos de seres espectrales a los que nunca conocimos. Sólo pude disfrutar de algún momento de placidez en los pequeños instantes en los que hurgaba entre toneladas de desperdicios y chatarra buscando algo de la zorrería humana arrojada por una sociedad decrépita y en permanente podredumbre. Sé que aún podría vivir miles de años más, pero ya estoy atiborrado de inmoralidad y depravación, así que he decidido atravesar el páramo frío y desamparado, y aguardar a que todo en mi interior se apague.


jueves, 19 de junio de 2014

Liberación

La luz del vagón parpadea de forma intermitente sobre nuestras cabezas, y mientras, va dejando ver los rostros exhaustos de extintos seres que abandonan una guerra que no les pertenecía. Su presencia fue decidida por iluminados de bolsillo que buscaban satisfacer egos despreciables mediante unas cábalas imposibles de soportar. El dolor, el sufrimiento y la pesadilla de observar a diario a cientos de personas arrodilladas, junto a los despojos corrompidos de semejantes a los que una vez amaron, nos hicieron inmunes al temor de las probables consecuencias de nuestros actos. Por eso hemos decidido subirnos al único tren orbicular que hemos encontrado. Sabemos que nunca llegaremos a ningún sitio, que el recorrido será eterno e interminable, y que el final será indeterminado, pero por fin sentimos algo parecido al sosiego.

martes, 17 de junio de 2014

La cueva

Ha comenzado a llover sangre, pero la densa nube de contaminación sigue tan compacta como antes. La mujer de pelo bruno se ha marchado caminando hacia el interior de la cueva en busca de algún dios olvidado. Me ha mirado de reojo mientras iba despojándose de sus ropas y me ha lanzado una mueca lastimera antes de ponerse a reír a carcajadas . El sombrío perro que la acompañaba dejó de ladrar justo antes de saltar por el precipicio, y yo, que sigo arrastrando la enorme piedra tallada por las manos temblorosas de un viejo moribundo, al menos, he dejado de sentirme solo.


lunes, 16 de junio de 2014

El albergue

No recuerdo cómo ni cuándo llegué a este destartalado albergue habitado por engendros y despojos de la humanidad. Voy recorriendo sus angostos pasillos, serpenteando entre seres de toda ralea y objetos inanes y moribundos. Paso al lado de la princesa del cuento y observo la jeringuilla de su brazo mientras que una vieja desdentada le ofrece sexo con fingida ternura. A sus pies se arrastra un perro ciego con la boca cosida con alambre. Me cruzo con un hombre sin rostro que intenta tocar una guitarra desencordada para escapar de su amargura. Llego a una habitación repleta de ruedas en movimiento, bajo un mar de bombillas reventadas y anzuelos de los que cuelgan corazones secos y abandonados. Veo mi rostro mancillado en el reflejo de espejos rotos, con ojos si vida y piel cuarteada. Busco un espacio donde holgar mi cuerpo inútil porque, aunque nunca sepa el lugar en el que me encuentro, tengo la certeza de que al fin he encontrado mi sitio.