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miércoles, 12 de agosto de 2015

En La Mancha

La densa niebla que se había formado en el valle se ha ido disipando a medida que nos acercábamos a los terrenos del Cortijo Molinero.

A pesar de nuestros esfuerzos en avanzar rápido, sólo hemos podido encontrar los restos humeantes de la vivienda y los cuerpos sin vida de la mujer y las hijas de Sebastián.

Sus gritos, desgarrados, nos rompen el alma a todo el grupo.

A mi lado, oigo al comandante recordar aquellas palabras del Quijote que nos repetían una y otra vez en la escuela, –Cada cual, Sancho, es hijo de sus obras–, y con el eco de esas palabras, se aleja, en silencio, para ocultar sus lágrimas.

viernes, 24 de julio de 2015

Ginebra seca

Hoy, al mirar mi reflejo en el sucio espejo de enfrente, he recordado a aquel hombre de profundas arrugas y semblante hastiado, que, apoyado en el rincón más oscuro del bar, apuraba un tiempo prestado, en largos tragos de la ginebra más seca.

Al mirarlo, podías ver en sus ojos, sanguinolentos, un dolor de admitida culpabilidad que nunca le abandonaría.

En su voz, quebrada por el humo del eterno cigarrillo que sostenían sus temblorosos dedos, escondía certezas de una vida cruel y cientos de consignas  sensatas que ninguna persona seguiría jamás.

Nadie hablaba con él, pero todos callábamos ante cualquiera de sus escasas intervenciones o en el momento en el que, tras dejar un billete arrugado y ajustarse el sombrero, se marchaba en un respetuoso silencio.

miércoles, 15 de julio de 2015

Mi viejo amigo

Al cruzar la puerta situada al final del pasillo me he encontrado con mi viejo amigo mirándome de forma extraña.

Sus ojos habían desaparecido y en su lugar brillaban dos clavos oxidados que lo mantenían colgado a la pared.

A sus pies, entre excrementos y vísceras caídos de su rajado abdomen, puedo ver las escasas pertenencias con las que llegó a este lugar: un libro medio quemado, dos monedas de cristal, algunos dientes de diferentes tamaños y una foto antigua de la mujer que amaba.

He recogido la foto, y al guardarla en el bolsillo de mi chaqueta, he sonreído al recordar lo fácil que me ha resultado hacerlo.

miércoles, 17 de junio de 2015

La canción

Y al cerrar los ojos para dormir, vuelvo a recordar aquella dulce canción que hablaba de sueños corrompidos, amores desechados y lugares que destruir.

Aún dormido, puedo oír su pausada melodía, que acompaña las frases emitidas por amantes despechados, niños encabronados y artistas del dolor.

Y al despertar, me encuentro rodeado de un coro de miles de flores oxidadas, domadores de pulgas sin oficio y artesanos de espadas de papel; y todos ellos cantando a voz en grito la canción.

miércoles, 3 de junio de 2015

Mi lugar

Me han buscado…
...en las palabras de los sabios, en las hojas de los árboles y en la sonrisa de un adiós.

Me han hablado…
...de la distancia de un abrazo, del rencor de tu mirada y de la muerte de una flor.

Me han llamado…
...con palabras extinguidas, con insultos camuflados y el apagado eco de tu voz.

Pero yo…
...sólo vivo abandonado,
en los brazos soñolientos,
de una dulce agonía,
que recorre mis venas,

...con la promesa de algún dios.

viernes, 8 de mayo de 2015

La siringa


Desde que era niño he vivido luchando contra las imposiciones del cruel destino, buscando un lugar donde curar las heridas sangrantes del alma en el que poder llorar en silencio por los recuerdos olvidados.

He intentado construir espejos de piedra que reflejaran falsas imágenes del paso del tiempo, pero sólo he podido llenar la habitación de miles de relojes de arena.

He vagado por cientos de ciudades abandonadas en países sin nombre, repletas de sociables fieras e infames humanos, pero sólo he conseguido desgastar las suelas de mis viejos zapatos.

 Y ahora, en la decrepitud de una vida malgastada, acobardado por los espectros del pasado y oyendo la triste melodía de una siringa, aguardo el momento del último hálito, con la fiel compañía de una adusta familia de ratas.

miércoles, 6 de mayo de 2015

La espera

Amanece un día fresco, y su nueva luz, va cayendo sobre los últimos habitantes del pueblo, quienes, armados con palos, herramientas y piedras, aguardan la inminente llegada de una hueste bárbara, enviada por el déspota que los gobierna.

En absoluto silencio, sus ojos se van llenando de lágrimas de despedida y desde una garganta, quebrada por la emoción, se lanza la última arenga: –Hermanos, recordad que nosotros elevamos sueños imposibles a la categoría de realizables, y que nuestro sacrificio allanará el camino que deben recorrer nuestros descendientes. Resistid por ellos–.

jueves, 30 de abril de 2015

Los perros

Nos han abandonado en este desierto de asfalto y mugre para apartar de sus vidas a cualquier ser que les pueda recordar su origen humano.

Somos centenares de personas de distinta edad que a partir de ahora caminaran en busca de refugio y comida con la incertidumbre de si lo encontraremos y la certeza de que no será suficiente para todos.

Se puede ver ya a pequeños grupos que se han unido y que empiezan a calcular quienes serán los primeros prescindibles y de qué manera se repartirán sus escasas pertenencias.

No es algo que a mí me preocupe demasiado, pues no he traído más que unos viejos harapos que medio cubren mi desnudez.


Además, soy consciente de que mi final llegará esta noche, cuando me vaya quedando atrás, sin fuerzas para seguir arrastrando las piernas que me destrozaron, y sea devorado por los hambrientos perros que nos acompañan.

miércoles, 29 de abril de 2015

Tu compañía

Siempre he sido esclavo de mis impulsos y un siervo de todos mis temores.

A tu lado creí encontrar la fuerza necesaria para creer algo en mi persona.

Tú me prometiste alcanzar juntos un espacio único y mágico para nosotros.

Acabé dependiendo de tus caprichos y viviendo sólo para poder tenerte.

Y los únicos regalos que me has dado: un conjunto de venas quemadas y el deseo de morir para poder abandonarte.

viernes, 17 de abril de 2015

Ausentes

Ha llegado la primavera, y nada de lo que me prometieron se ha cumplido.


Las calles, siguen inundadas de un color gris ceniza, y la niebla, sigue ocultando todo aquello que quisiéramos ver.

Las voces de los niños, suenan ausentes, y las flores, hace tiempo que dejaron de existir.


Ha llegado la primavera, pero un año más vuelvo a estar sin ti.

sábado, 11 de abril de 2015

Mi biografía

Al nacer me obligaron a crecer bajo la falsa creencia en una vida sencilla, llena de esperanza y felicidad.

    En ella…

He escrito miles de poemas al dictado de un dios tirano que nunca me entregó el paraíso prometido.

He sido capaz de obedecer las órdenes insanas de antiguos generales que me inyectaban todo el odio acumulado en sus míseras vidas.

He llegado a cantar las canciones de amor y muerte, que tocaban mis enemigos, al ritmo de los sonidos de los huesos humanos al amontonarse.

He dejado que entierren mi cuerpo bajo toneladas de excrementos y cochambre para encontrar algo de aquel olor acre de mi juventud.

    Y ahora…

En mi vejez, cuando me reclaman la vida prestada, sólo me queda llorar lágrimas de sangre sobre un frío café, mientras espero a que el verdugo afile su hacha.

miércoles, 1 de abril de 2015

La soga

Desde aquí arriba puedo ver el desorden en el que conviven los objetos de mi habitación.

Veo un antiguo diario en el que sólo escribí las palabras principio y fin, unos juguetes de madera medio rotos y unos viejos discos de algún grupo olvidado.

También se puede ver, entreabierta, la maleta de cuero con la que regresé al hogar. Aún mantiene en su interior el sucio uniforme que me obligaban a utilizar a diario, junto a la camisa ensangrentada de una pelea perdida y el reloj de cuerda que un día robé.

En el suelo, arrinconados, se encuentran el colchón de muelles reventados donde duermo, una sucia manta medio deshilachada y la cuchara de plata que me regalaste, en donde mezclo el polvo blanco y el marrón.


Así, observándolo todo, y con media sonrisa, sólo espero que la cuerda que me ciñe el cuello sea capaz de aguantar el peso y que todo termine, al fin.

lunes, 23 de marzo de 2015

Último deseo

Oigo a mi lado que alguien me ofrece un último deseo.

No lo pediré, pues mi único anhelo sería volver a sentir el abrazo de tu piel madura y caer en el desafío que lanzan tus pechos al mecerse, sentir esa lucha que tus labios, impacientes, mantenían por devorar mi ser y llegar al instante en el que estallamos de placer, agotados.

Pero mi deseo es imposible, porque ayer te quitaron la vida.

lunes, 16 de marzo de 2015

La última esperanza

Abro los ojos y me veo, tumbado entre heces y sangre, sobre un suelo embarrado, y noto un intenso ardor en la espalda que me recuerda los latigazos recibidos.

Fui capaz de aguantar consciente hasta el instante en el que el tirano vertía la mezcla de sal y vinagre sobre mis heridas.

No puedo moverme, pero en la penumbra acierto a ver a mis compañeros de asonada, algunos encadenados a la pared, otros tumbados en el suelo con sus miembros fracturados y los más débiles, amontonados en un rincón a la espera de ser enterrados.

Y mientras me acerco a la oscuridad de un sueño definitivo, puedo oír una mezcla de quejidos, llantos y aullidos espeluznante, que acompaña un pensamiento final hacía nuestros seres queridos, para los que fuimos la última esperanza.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Canción de la vida

Me ha tocado jugar a la vida con el traje del eterno perdedor.

Me han llamado del infierno para que me olvide de alguien a quien amé.

Me han arrastrado la cara por una sucia alfombra de clavos y espinas.

Me han enviado a mi casa cien libros escritos con sangre que derramé.

Me han encerrado en mis miedos para que nunca escapara de la soledad.

Y han dejado pasar los años sin que nada cambiara, me señalaron al nacer… y muero sin rencor.

viernes, 6 de marzo de 2015

El banco

Una noche más me encuentro sentado en el banco del parque donde nos conocimos y prometimos estar siempre juntos.

El mismo sitio desde el que observábamos bellos atardeceres que inundaban de sueños y esperanza nuestro futuro.

Con el frío de la noche, la gente va pasando a mi lado y me observa con piedad, pero yo los voy ignorando con el recuerdo cálido de tus besos.

Hace años que te marchaste lanzándome amargas palabras de despedida, pero a pesar del tiempo que pase, yo, seguiré aquí sentado, aguardando tu regreso.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El reencuentro

Volvemos a encontrarnos al final de nuestras vidas y aun así somos incapaces de perdonar ese error infantil que nos marcó para siempre.

No cruzamos ninguna mirada y nos mostramos incapaces de pronunciar alguna palabra de perdón o arrepentimiento.

Y mientras mantenemos esta falsa pose de aplomo y orgullo, en nuestro interior van surgiendo vanos deseos de volver atrás y corregir aquellos actos sin sentido.

Pero ninguno lo logrará, y seguiremos avanzando por los caminos estériles que nos alejaron de todo lo amado y que nunca nos permitirán reconciliarnos con nosotros mismos. 

sábado, 24 de enero de 2015

Mi próximo paso

Hoy ha salido el sol, por fin, tras varios años de cielos oscuros y opaca niebla.

He podido ver la cara de los seres que conviven conmigo en este pueblo desahuciado.

Es gente  de semblante abúlico que va deambulando por sus calles con paso errático, personas con la que nunca he cruzado una palabra y de las que desconozco la crónica de su vida.

A pesar de ello, las desprecio profundamente, con toda la soberbia que desprende un espíritu sanguinario y vengativo que pronto actuará.

lunes, 19 de enero de 2015

La travesía de la nada

Lleva siglos caminando sin rumbo fijo, soportando sobre su espalda la culpa de todo aquello que nunca realizó.

Puede ver cómo se van apartando las fieras a su paso, el sabor agrio que adquiere el agua de los ríos que atraviesa y la mirada de desprecio de cualquier ser que comparta su estirpe.

No ha podido arrancarse la pesada cadena que primitivos dioses ciñeron a su cuello, ni borrar de su piel, las huellas de antiguas torturas.

Ha perdido toda esperanza de redimir su pasado, y las lágrimas de sangre que brotan de sus ojos, van yermando la tierra sobre la que caen.

En este tiempo ha aprendido, con total seguridad, que el suplicio interno por todo lo vivido jamás desparecerá, y que el único destino que alcanzará para descansar será el orco.

lunes, 12 de enero de 2015

Dos metros

Inmediatamente pedí que cerraran la tapa del ataúd, ya que no quería que nadie más pudiera ver que el cadáver se había movido. Mientras lo hacían, me puse a gritar de manera exagerada para sofocar cualquier ruido que pudiera surgir del interior y supliqué que me dejaran a solas para poder despedirme por última vez.

Ahora, con la mirada oculta tras unas enormes gafas negras, veo como el féretro recorre sus últimos dos metros hasta el fondo del hoyo, y siento, que tengo que hacer un gran esfuerzo para no gritar, de pura felicidad, que por fin soy libre para siempre.